Principio de Arquímedes
Todo cuerpo sumergido en un líquido, experimenta un empuje vertical y
hacia arriba igual al peso (del volumen) del líquido desalojado.
Un cuerpo flota si pesa menos que el líquido que desaloja. Hemos de tener en
cuenta que el agua salada pesa más que la dulce, por lo que a igual volumen
desalojado, el empuje hacia arriba ejercido en el agua salada es mayor que e
l provocado por el agua dulce.
Principio de Pascal
Cuando una presión actúa sobre un volumen cerrado, la presión en su
interior es igual en todas partes, y actúa perpendicularmente sobre las
paredes de su contenedor
Al respirar aire bajo presión (es decir, a una profundidad por debajo de la
cota cero), todo el organismo recibe el gas de la mezcla instanténeamente
y bajo la misma presión. Gracias a ello el ser humano puede permanecer
dentro del medio acuático respirando normalmente.
Ley de Boyle-Mariotte
A temperatura constante, el volumen de un gas es inversamente proporcional
a la presión ejercida sobre él.
A un aumento de la presión a temperatura constante, el volumen disminuye
proporcionalmente. Al sumergirse, el submarinista podrá comprobar cómo
sus partes blandas (abdomen) y aquellas que contienen aire (tórax) tienden
a reducir su volumen según se aumenta la profundidad.
Ley de Gay Lousac
A volumen constante, la presión de un gas varía de forma directamente
proporcional a la temperatura
Si se dejan las botellas al sol, la presión del aire de su interior aumenta.
Ley de Dalton
La presión total ejercida por una mezcla de gases es la suma de las presiones
parciales de los gases que componen dicha mezcla
El aire que respiramos está formado por: 20,97% de oxígeno, 0,03% de
anhídrido carbónico y 79% de nitrógeno (aproximadamente). Estos
porcentajes no varían aunque el aire sea comprimido.
Ley de Henry
A temperatura constante, la masa de gas disuelta en un volumen
determinado de líquido es proporcional a la presión parcial ejercida sobre
el gas.
Cuando a una temperatura constante, un gas entra en contacto con un
líquido, se disuelve en él hasta el momento en que la presión exterior e
interior alcancen el punto de equilibrio. Por esta condición se ha fijado
un tiempo aproximado de 12 horas para que los tejidos puedan librarse
del nitrógeno saturado sobrante.